Uno de los mayores desafíos globales de nuestro tiempo es cómo producir más energía con menos emisiones para más usuarios. Mejorar la relación entre la seguridad energética, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico está redefiniendo el panorama energético mundial, y ha llevado a los países a definir políticas drásticas de crecimiento verde para ‘descarbonizar’ la economía.